Por esta razón, y gracias al impulso y la presión de la Unión Africana, la COP27 ha adoptado una resolución para la creación de un fondo dedicado a financiar la reparación de los daños y pérdidas causados por la crisis climática en los países en desarrollo que se encuentran en una posición vulnerable respecto a los impactos “económicos y no económicos” del cambio climático. El continente africano será uno de los principales beneficiarios de este fondo y se prevé que sea un actor clave en su creación y definición de las estrategias.

Todavía es temprano para conocer cómo funcionará el nuevo fondo y los mecanismos que empleará para poder garantizar las reparaciones de manera justa y eficaz. Sin embargo, el acuerdo representa un hito histórico en el reconocimiento de responsabilidades y obligaciones en relación al cambio climático que, desde los países del Sur, lleva demandándose desde hace treinta años.